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Combate de las Vizcacheras.

28 de marzo de 1929.

                                  

Análisis del sitio, donde se desarrolló la Batalla entre Unitarios y Federales, conocida como Combate de las Vizcacheras.

La intención de este trabajo es ahondar en un tema histórico, que ya ha sido abordado por numerosos autores con rigor y minuciosidad, pero que merece ser revisado, para situar con claridad el escenario y la geografía donde ocurrieron los acontecimientos acaecidos durante la Batalla de las Vizcacheras. Es el objetivo de este trabajo señalar con precisión el sitio donde se desarrolló el combate.

La revisión bibliográfica nos muestra que muchos autores sitúan el Combate de las Vizcacheras en un sitio de la provincia de Buenos Aires que no es el descripto en los partes de guerra y en las crónicas de la época. Es a partir de este hecho que surgió la necesidad desde el Taller de Historia Belgranense, de la ciudad de General Belgrano, de dilucidar a partir de las fuentes documentales disponibles el sitio exacto de la Batalla.

Contexto histórico

Los trágicos sucesos de diciembre del año 1828, ponen otra vez a Rosas en el centro de la escena. El primer día de ese mes, los dirigentes unitarios aprovechando el clima de desconcierto y descontento popular, producen un movimiento revolucionario que derroca al Gobernador Manuel Dorrego, encumbrando a Juan Lavalle.

El Gobernador huye de la ciudad, y ordena a Rosas que reúna sus milicias,“para proteger la autoridad y las leyes”. Rosas junta en la Guardia de Ranchos, a paisanos e indios amigosde las tribus de Catriel y Cachul, dirigiéndose a Monte a la espera de Dorrego.

El día 2 de diciembre, Dorrego llega a Cañuelas, y desde allí pide ayuda a las milicias santafesinas de López.

En Abbott, en la estancia de don Pedro Galván, se le suman los milicianos de Ranchos y Chascomús. Allí también se les une el alférez Prudencio Arnold.

El día 8 las fuerzas de Dorrego y Rosas acampan en la laguna de Lobos. Dorrego marchó esa misma noche hacia Navarro, y al aclarar del día 9, llegó a las puertas del pueblo, enterándose que el enemigo estaba cerca. La batalla es inminente.

Dorrego es derrotado, y tras dejar 200 muertos de su tropa en esos campos, se reúne con los Húsares al mando de Pacheco, entre Salto y Rojas. El Comandante Bernardino Escribano y el Mayor Mariano Acha, que se habían sublevado y pasado a los revolucionarios, le intiman a entregarse.

Desde allí Dorrego es trasladado a Navarro y el 13 de diciembre llega al campamento de Lavalle, éste se negó a recibirlo y lo puso bajo la custodia del coronel Rauch.

Como presintiendo su final, Dorrego le escribe a su hermano diciéndole:“que sabiendo el rencor de éste, se encuentra perdido”. Su fusilamiento ocurre ese mismo día, 13 de diciembre, en Navarro.Lavalle dirá:

“Soy enemigo de comprometer a nadie. Lo he fusilado por mi orden. En la posición en que estoy, no debo tener corazón”

Otra vez la sangre de hermanos en nuestra historia, abrirá otra página de desencuentros y largos años de luchas intestinas.

Los efectos de la revolución y el fusilamiento de Dorrego, generan en la campaña convulsión, sobretodo en la frontera sur y especialmente en el pueblo de Monte.

Para combatir a los sublevados, Lavalle envía a los coroneles Federico Rauch y Ramón Estomba, para enfrentar la resistencia del sur de la provincia. ¿Quién era Rauch? Friedrich (Federico) Rauch, era un prusiano, nacido en el año 1790, en Weinheim, un mercenario que había participado en las guerras napoleónicas que llega al país en el año 1819, y en 1823 convocado por Bernardino Rivadavia, se  incorpora al Ejercito Nacional, para limpiar de ranqueles las tierras al sur del Salado. El implacable militar de mil batallas, atacaba a los ranqueles y mataba sin diferenciar hombres, mujeres o niños. Su frialdad y profesionalismo para eliminarlos, resultaban ideales para los planes de Rivadavia, quien muy pronto lo asciende al grado de Coronel. En escuetos partes, el mercenario daba cuenta de su fría eficacia, “Hoy 18 de enero de 1828, para ahorrar balas, degollamos a 28 ranqueles”.

En medio de estos acontecimientos, llegan a la Guardia del Monte, Prudencio Arnold, Enrique Basualdo, Miguel Miranda y unos treinta milicianos más y algunos indios. Se instalan en Los Cerrillos, y no reconocen otra autoridad que no sea la de Rosas.

Luego de los sangrientos enfrentamientos en las calles de Monte y en su plaza céntrica, sucedidos el 4 de marzo del año 1829, Lavalle ordena al Coronel Federico Rauch, jefe de los Húsares del Plata, perseguir a las tropas federales.

Arnold y su gente, luego de la victoria en Monte se reunieron en la laguna Las Perdices, distante una legua hacia el sur de la Guardia del Monte y enterados por un enviado de Luis Dorrego, que Rauch avanza con sus tropas, persiguiéndolos, cruzan el Salado por el desplayado, y hacen un alto para comer como a tres leguas del Salado. A las 2 de la tarde se reciben noticias que las fuerzas enemigas vienen hacia este lugar, cruzando el Salado por el mismo paso.

Marchamos entonces en dirección a “Las Vizcacheras”, buscando unirnos con los indios que venían de Azul, con el Coronel Ventura Miñana, cuenta Arnold en su libro.[2]

Así se narran los acontecimientos, extraídos del Archivo General de la Nación (Sala VII, José J Biedma-1042. Indios, Frontera y Ejército.Año 1823-1854).

“La Gazeta Mercantil” del 28 de marzo de 1829, trae las siguientes noticias:

“Rauch entró en la Guardia del Monte el Domingo 22. Al amanecer del 23 se situó entre la laguna del Monte y de las Perdices. En aquel paraje se unió con el cuerpo del Coronel Medina.”

Miranda se había retirado del otro lado del Salado, a distancia de tres leguas de la chacra de Juan Genaro Chaves. Lleva consigo los dos cañones que tomó en la Guardia con los cuales se fortificó en la costa.El lunes 23 mediaban entre Rauch y Miranda siete leguas.

Las fuerzas de Miranda estaban formadas, por 80 Blandengues (desertores de Laguna Blanca), 160 indios mandados por el Cacique Venancio y 400 Paisanos, totalizando 640 efectivos.    Los indios han sido atraídos mediante la oferta de 4.000 cabezas de ganado pertenecientes a las estancias de Zenón Videla.

Las fuerzas de Rauch contaban con:450 Húsares y 180 soldados de Medina, es decir 630 hombres.Las tropas del orden resultan casi iguales en número a las federales, pero superiores por sus jefes y disciplina.

“La Gazeta Mercantil” del martes 31 de marzo publica en su edición, el Parte del Coronel Anacleto Medina, dirigido al Sr Inspector General, Coronel Don Blas Pico que dice:

“Chascomús – Marzo 29 de 1829 : el Coronel que suscribe pone en conocimiento del Sr Inspector General, jefe del Estado Mayor, que habiéndose reunido en el punto del Siasgo al Sr Coronel Rauch, en virtud de órdenes que tenía, marchó toda la fuerza en persecución de los bandidos que habían invadido el pueblo de Monte; y ayer a las dos de la tarde fueron alcanzados, como a cuatro leguas de la Estancia Los Cerrillos, del otro lado del Salado, en el lugar llamado “Las Vizcachas”(sic). Una y otra división se encontraron y cargándose resultó flanqueada la nuestra por los indios que ocupaban los dos costados del enemigo. Después del choque cedió nuestra tropa a la superioridad que, en doble número, tenía aquel, y se dispersó a distintos rumbos; ignorando el que firma cual habrá seguido el Comandante General del Norte.

Se me ha incorporado parte del Regimiento de Húsares con todos sus jefes, hallándose herido el Comandante Melián, el Ayudante Schaefer y el teniente Castro del Regimiento 4.

El Sr. Coronel Medina se infiere que es muerto; y no será posible detallar la pérdida que habrá resultado, por no saber si se ha reunido más fuerza por otro rumbo a otro jefe.

La pérdida del enemigo debe ser bastante. Me he replegado a este punto con 72 Húsares y 48 Coraceros del N° 4.En él pienso permanecer y defender esta población, que tengo probabilidad de que va a ser atacada y se halla en gran compromiso el vecindario que se declaró por el orden.

El que suscribe saluda al Sr. Inspector con su acostumbrada consideración”.Fdo: Anacleto Medina.

La Gazeta del 1 de abril dice:

“Las noticias de Sud no son mejores que las que teníamos. Parece que el Coronel Medina se ha decidido a replegarse sobre la Capital,abandonando a Chascomús por falta de fuerzas para defenderlo. Viene seguido de una parte crecida del vecindario que prefiere sacrificar la fortuna para salvar la vida.Nada se sabe de Rauch. Todo conduce a creer que ha perecido en el combate. Esta pérdida es muy sensible, principalmente en las actuales circunstancias en que el país se ve amenazado por bandas de salvajes feroces. Los habitantes de Buenos Aires deben venerar en todo tiempo su memoria y procurar eternizarla así que sea posible”.

Días después, La Gazeta del 3 de abril, dice: “Arbolito ha tomado posesión de Chascomús. El Coronel Medina dejó este pueblo y se asegura que había llegado a Santa Catalina.

Parece indudable que el bravo y malhadado Rauch ha perecido en la última acción. Algunos añaden que sus bárbaros verdugos pasearon su cabeza puesta encima de un pique. Estas narraciones arrancan lágrimas de rabia y de dolor. Nos cuesta trabajo creer que haya perversos que se complacen en la pérdida de aquel jefe; no deberían olvidar que en otro tiempo este mismo hombre defendió tanto tiempo nuestras propiedades contra un enjambre de vándalos. Pero su muerte no quedará impune”.

El día 4, el mismo diario afirmaba:

“Las víctimas de la derrota y dispersión de Rauch han sido bien pocas.Pero este intrépido jefe ha perecido y nunca deploraremos bastante tan grande pérdida.Ha dejado una joven viuda con la cual se había unido hacía unos quince meses.La Patria debe acompañarla en su sentimiento al verse privada de un hijo distinguido que adoptó como propio, sin embargo de haber nacido en una tierra extraña”.

Por curiosamente, tener relación con nuestro pueblo, acotamos que la joven viuda de Federico Rauch, a que hace referencia el diario, Narcisa Victoria Pérez Millán Quintana, se vuelve a casar, el 18 de agosto de 1830, con el estanciero alemán Claudio Federico Stegmann Kophen, dueño de la estancia “Poronguitos” (entonces partido de Pila, luego de 1891, General Belgrano).

De ese matrimonio nacerán 9 hijos, una de ellas, Carolina Stegmann Pérez Millán, quién se casará con Manuel Aguirre, y su hijo Ernesto Cirilo Aguirre Stegmann, heredará la estancia “Santa Narcisa”, nombre proveniente de su abuela, la viuda del coronel prusiano, muerto en Las Vizcacheras.Precisamente las tierras de la estancia “Santa Narcisa”, ubicadas a 15 km de la ciudad de General Belgrano, resultan de alto valor simbólico para los belgranenses.

Durante el primer gobierno del General Juan Domingo Perón, en el año 1950, las 3.150 has, serán colonizadas y distribuidas a 24 colonos, formándose la Colonia Justicialista Eva Perón, rebautizada Colonia El Salado, luego de la caída de Perón. En setiembre del año 1983, los belgranenses, defendiendo la venta de esas tierras, por parte del gobierno militar, escriben la página más importante de su historia pueblerina, recordada como El Pueblazo.

Volviendo a la documentación revisada, encontramos al Coronel de las fuerzas federales Prudencio Arnold. En su libro “Memorias de un soldado” nos cuenta con otra óptica:

“Nosotros, por el contrario,contábamos con pocas armas de fuego, con chuzas de caña con clavos y tijeras rotas que servían de moharras (…) Por fin llegamos a la laguna de Las Vizcacheras casi a un mismo tiempo nosotros y los indios, entregándole nuestra caballada en seguida para que mudasen caballos de refresco inmediatamente. Sin tiempo que perder, formamos nuestra línea de combate de la manera siguiente: los escuadrones Sosa y Lorea formaron nuestra ala derecha, llevando de flanqueadores a los indios de Nicasio Maciel; los escuadrones Miranda y Blandengues el ala izquierda y como flanqueadores a los indios de Mariano; el escuadrón González y milicianos de la Guardia del Monte al centro, donde yo formé”.

“Rectificada la formación, avanzamos sobre el enemigo, que venía apresuradamente a encontrarnos, dejando el inservible cañón y a su dotación que, como queda dicho, era compuesta del negro prisionero”.” Rauch, que venía al centro, nos arrolló acuchillándonos hacia el Este, y en dirección a la laguna Las Vizcacheras sin atender a sus dos costados, que eran derrotados y perseguidos hacia el Oeste.Rauch perdió tiempo conversando con una mujer y el negro prisionero,suponiéndose ya completamente vencedor, cuando oyó a nuestro trompa que tocaba a reunión en el campo de combate. Rauch lo tomó por el suyo y dijo a la mujer y al prisionero: “me llaman; voy a traer a mi gente, pues aquí está bueno para acampar; no se muevan de aquí, ya vengo”, y diciendo esto partió.[3]

Cuando estuvo dentro de nosotros, reconoció que eran sus enemigos, apercibiéndose recién del peligro que lo rodeaba. Trató de escapar defendiéndose con bizarría; pero los perseguidores le salieron al encuentro, cada vez en mayor número, deslizándose por los pajonales, hasta que el cabo de Blandengues Manuel Andrada, le boleó el caballo y el indio Nicasio lo ultimó”.” Dos días después el cabo Andrada fue ascendido a alférez”.[4]

El escritor Raúl Rodríguez Bosch en su obra Rauch “El guardián de la frontera” (1819-1829), afirma que Nicasio Maciel era un blanco que había sido cautivo de los indios siendo niño, agregando luego que Nicasio Maciel “nació en San Borombón y perteneció a la familia de su nombre que allí existió, fue cautivado por los indos siendo muy pequeño; entre ellos se crió, tomando ascendiente hasta que alcanzó la categoría de capitanejo de la tribu de Catriel. Murió después en la batalla de Caseros, sin desmentir su valor, formando siempre en las filas de los ejércitos de Rosas”[5]

“Este ascenso era en premio por haber boleado el caballo al jefe enemigo a quién se le cortó la cabeza y llevó hasta la Guardia del Monte, ocho leguas de distancia del lugar donde los derrotamos, tirándola de improviso por la puerta, a los pies de mi señora madre y asustando la familia”.[6]

Hasta aquí la crónica de lo acontecido en el llamado Combate de “Las Vizcacheras”, donde los partes de ambas fuerzas en pugna, coinciden casi en su totalidad, con lo allí sucedido.

El parte de las fuerzas unitarias, confeccionado por el Coronel Anacleto Medina, y el federal, contado por el Coronel Prudencio Arnold, en “Un Soldado Argentino”, resultan muy similares en lo narrado, sólo difieren en el número de contendientes.

Los federales describen fuerzas cuantitativamente muy parejas, en alrededor de 600 hombres cada una, reconociendo en el enemigo, mayor experiencia y armamento, y en el parte unitario de Medina, éste da cuenta de un adversario que lo doblaba en número.

CRUZANDO DATOS

Más allá de las crónicas oficiales que refieren a lo sucedido en el Combate de las Vizcacheras y de lo significativo que fue para nuestra historia nacional, el eje del presente trabajo consiste en ubicar el espacio geográfico donde ocurrieron los acontecimientos, porque a lo largo de estos 188 años transcurridos, distintos autores han situado el campo de la lucha en diversos lugares de la Provincia de Bs As, que entendemos no son los que se detallan en los partes.

Por ejemplo, en el libro “El Pago de Chapaleofú” don Pedro Sarciat, narra  lo que llama “La tragedia del Coronel Rauch”, en la laguna “Las Vizcacheras”, ubicada en el límite de los partidos de General Belgrano y Pila (casi en el ángulo sudeste del 1°), a una legua al Este de la vía de Chas a Ayacucho, sobre el curso del arroyo Zapallar.El autor denomina al lugar “los carrizales de las Bizcacheras” (sic).[7]

También, Francisco Letzina en su obra “Diccionario Geográfico Argentino” ubica el combate en la Laguna Las Vizcacheras situada en Pila.[8]

El historiador belgranense don Vicente Victorino Giura, en su obra “El Salado”, al igual que Sarciat, afirma que el Coronel Federico Rauch, combatió en el límite de los actuales partidos de General Belgrano y Pila, donde fue muerto en el combate de “Las Vizcacheras”.[9]

Otros autores, y el propio Osvaldo Bayer, sostienen que el combate se desarrolló, en tierras del actual partido de Rauch.

Intrigados por haber escuchado hace muchos años, que viejos pobladores del paraje de Gorchs, localidad perteneciente al partido de General Belgrano, sobre la ruta nacional N° 3, a la altura del km 145,contaban que el Combate de Las Vizcacheras había tenido lugar, en un campo cercano a la laguna homónima, próximo al actual cementerio de la localidad, comenzamos esta investigación, referenciándonos con don Alfredo Múlgura,  quién en su libro “Apuntes para la Historia de General Belgrano”, también cita la obra de Pedro Sarciat, donde éste autor, afirmaba que el combate se habría realizado en la estancia “Carrizales”, de don Juan Carlos Marín, en el límite de General Belgrano y Pila.[10]

Pero a continuación, el propio Múlgura dice: “haber escuchado la versión de viejos pobladores del pueblo de Gorchs, quienes comentan que en “Las Vizcacheras Viejas”, propiedad del ingeniero Fernando Ayerza, fue donde ocurrió el combate. Prosigue diciendo “que se llegó hasta el lugar referido, que dista unos 1.000 metros del cementerio de Gorchs, y conversando con antiguos vecinos del lugar, estos le informan que a don Sixto Millán, que en la actualidad tendría 130 años, (año 1978), y que había nacido en esa zona, siempre se le oyó decir que en esa laguna lo habían matado a Rauch los indios pampas, y que esto lo había escuchado de su padre”.

Revisando los partes de las fuerzas unitarias, obrantes en el Archivo General de la Nación, más precisamente en la colección Biedma, Sala VII (1042), ya citados, el Coronel Anacleto Medina, relata con fecha 29 de marzo de 1829,que se reunió con el Coronel Rauch, en el punto del Siasgo. (El Siasgo es un paraje del partido de San Miguel del Monte, ubicado aproximadamente a unos 10 km de General Belgrano, luego de cruzar el Río Salado por el puente de Los Manantiales).

Narra “que marchan en persecución de los bandidos que habían invadido el pueblo de Monte”. Prosigue diciendo Medina “que los alcanzan ayer (día 28, fecha del combate), a las dos de la tarde, “como a cuatro leguas de la estancia “Los Cerrillos”, del otro lado del Salado, en el lugar llamado “las Vizcachas” (sic).

Por su parte desde el lado de las fuerzas federales, el Coronel Prudencio Arnold, en su libro, “Un Soldado Argentino”, coincide con la ubicación geográfica de Medina, relatando:

“Nos dirigimos hacia el Salado para pasarlo por el desplayado.Después que aclaró el día se nos avisaba que el Coronel Rauch estaba acampado en la laguna “Las Perdices”,distante de la Guardia del Monte una legua hacia el Sur”.

 Para luego contar que:

 “…a las cuatro o cinco de la tarde la fuerza enemiga (Rauch),venía en marcha hacia el mismo paso del Salado”. “El resto de las fuerzas marchamos en dirección de Las Vizcacheras, buscando la incorporación de los indios que venían del arroyo Azul, con el Coronel Miñana”.[11]

Analizando un poco más sobre la localización del sitio, llama la atención que el propio Pedro Sarciat cuando describe en su obra “El Pago de Chapaleofú”, la Tercera Campaña del General Martín Rodríguez, dice:

 “…que al despuntar el año 1824 inicia sus operaciones, para lo cual empezó a reunir a fines de 1823, sus efectivos en las inmediaciones de la Guardia del Monte, Laguna de Las Perdices, estancia de Videla Dorna, y allí constituyó su cuartel general”.

Continúa diciendo:

“que a principios de enero de 1824, el ejército de 3.000 hombres, en el que formaban parte, los Comandantes Federico Rauch y Anacleto Medina, debe cruzar el río Salado, que estaba entonces, hinchado en sus aguas, a causa de las lluvias intensas, sólo ofrece paso viable en El Desplayado”.[12].

Este es el paso habitual en el camino entre Monte y Las Flores, que los mismos comandantes transitarán cinco años después, persiguiendo las tropas federales, para encontrarse en Las Vizcacheras.

RELATOS ORALES

La historiografía nos propone nuevas herramientas para desandar el camino en la búsqueda de datos para nuestras investigaciones. La historia oral, es una de ellas, y si bien los hechos que nos ocupan en este trabajo sucedieron en épocas remotas, las voces de nuestros paisanos tradicionalistas, conocedores del pago, de generación en generación nos refieren los modos de vida, costumbres y viejos relatos de cada lugar. Nos entrevistamos con  nuestro amigo gorchense Jorge Barberini, amante de la historia de su pago chico y quién fuera en la década del ´90, Delegado Municipal de Gorchs. Entre múltiples anécdotas, nos refiere haber oído de boca de viejos vecinos de la zona, referencias sobre el lugar del combate, en la zona del cementerio de aquella localidad. Barberini, ha recorrido a caballo y medido las distancias, saliendo de Monte hasta Las Perdices, vadeando el Salado por El Desplayado, para recorrer luego, el camino hasta Las Vizcacheras, y comprobar las distancias exactamente descriptas en los partes , tanto de unitarios, como de federales.

Carlos Grau, en su obra, “El Fuerte 25 de Mayo en Cruz de Guerra”, relata que en Apuntes diarios que redactaba el General Ángel Pacheco, durante la expedición de Rosas al Colorado, en 1833 (A.G.N-Documentos del Gral. Ángel Pacheco. T XIV. Borradores), dice:

 “…que salen de la Guardia del Monte, pasaron el Salado, y encontraron el lugar donde fue deshecho Rauch, llamado “Las Vizcacheras”, como a dos leguas de éste”.

Continua diciendo Grau:

” la opinión de Pacheco es valiosa, no sólo por su conocimiento de la zona sino, además, porque con él, iba el teniente coronel Felipe Julianes, que estuvo con su división en la acción donde murió Rauch”. (A.G.N, S.V.C XVII.A.S, legajo N°:4).

También cuenta:

“que en aquella época esas tierras se conocían con el nombre de “Juncales de Las Flores, (estaban en el partido de este nombre), los albardones eran vizcacheras y constituían los únicos limpiones aptos para un encuentro”.[13]

Es decir que sin duda, por las distancias referenciadas, las leguas que separan el paraje El Siasgo de Monte, la laguna Las Perdices, el cruce del Salado por el “Desplayado” y su marcha hasta Las Vizcacheras, ubican indubitablemente el escenario del combate, en las cercanías de Gorchs. Rematando para no dejar dudas del lugar de los hechos, cuando Arnold afirma:

“que muerto Rauch, se le cortó la cabeza y llevó hasta la Guardia del Monte, ocho leguas de distancia del lugar”.[14]

Estos aportes confirman la inexactitud de ubicar el sitio del combate, en la zona del límite entre Belgrano y Pila, (alejados de los lugares descriptos entre 70 u 80 Km,(20 leguas) aproximadamente y en otra dirección.

Clara Rodríguez, Ricardo Buiraz y Jorge Barberini en la tranquera de la estancia «Las Vizcacheras», Gorchs.

Sin duda estos datos, coincidentes en los relatos, tanto de las fuerzas unitarias como federales, confirman que los hechos narrados, sucedieron en lo que fuera el Cuartel 4° de Las Flores, en tierras que en el año 1891, pasaron a integrar el nuevo Partido de General Belgrano, en la localidad de Gorchs.

Potrero del combate. «Estancia Las Vizcacheras». Gorchs. Declarado Sitio de Ínteres Legislativo por el HCD de General Belgrano.

BIBLIOGRAFÍA

Archivo General de la Nación (AGN). Sala VII.José J Biedma.Indios, Frontera y Ejército. Años 1823-1854. (1042).

Archivo General de la Nación (AGN). Sala X. División Nacional-Sección Gobierno. Secretaría de Rosas.1829. (1766).

Arnold Prudencio. ”Un Soldado Argentino”. Buenos Aires. 1893.Eudeba

ARNOLD, Prudencio, Un soldado argentino. 2.ª ed. EUDEBA, Buenos Aires, 1970, pp. 144/145.

Brienza, Hernán. “Valientes (Crónicas de coraje y patriotismo en la Argentina del siglo XIX)”. Buenos Aires.2010.

Fabiano Miguel. “Monte, Cuna de Rosas”. (220 Años con Historia).2000.

Fradkin, Raúl, ¡Fusilaron a Dorrego!, o cómo un alzamiento rural cambió el curso de la historia, Ed. Sudamericana, Bs. As., 2008.

Giura, Vicente Victorino. “El Salado”. Buenos Aires.1963.

Grau, Carlos. “El Fuerte 25 de Mayo en Cruz de Guerra”. La Plata. 1949.

[1] Francisco Latzina. Diccionario geográfico argentino. (Buenos Aires: Espasa, 1891), 678

Múlgura, Alfredo Enrique. “Apuntes para la Historia de General Belgrano”.General Belgrano.1978.

Ras, Norberto.”La Guerra por las Vacas”. Buenos Aires. 2006.

Rodriguez Bosch, Raúl. “Rauch, el guardián de la frontera”. (1819-1829), Buenos Aires.1980.

RODRÍGUEZ BOSCH, RAÚL. 1980. Rauch: “el guardián de la frontera” (1819-1829). Buenos Aires, [s.e.]

Sarciat, Pedro A.“El Pago de Chapaleofú”. Buenos Aires. 1945.

Sarramone, Alberto. “Catriel y los indios Pampas de Buenos Aires”. Azul. 1993.

Araoz de Lamadrid, Gregorio. “Memorias del General Gregorio Araoz de Lamadrid”eudeba, 1968

AGRADECIMIENTOS

Personal del Archivo General de la Nación

María Teresa Tartaglia. Directora Complejo Museográfico “Enrique Udaondo”, partido de Luján.

Prof. Alejandro Cortés. Director de Cultura, Educación y Patrimonio de la Municipalidad de Monte.

Angel de Estrada

Jorge Barberini

Elena Gambuzzi

Sergio Tedesco


[1]Gregorio Araoz de Lamadrid, Memorias del General Araoz de Lamadrid. (Buenos Aires: EUDEBA, 1968). 105

[2]Prudencio Arnold, Un soldado argentino. (Buenos Aires: EUDEBA, 1970), 33-35

[3] Prudencio Arnold, Un soldado argentino. (Buenos Aires: EUDEBA, 1970), 33-35

[4] Prudencio Arnold, Un soldado argentino. (Buenos Aires: EUDEBA, 1970), 33-35

[5] Raúl Rodríguez Bosch, Rauch, el guardián de la frontera, 1819-1829. (Buenos Aires:[s.e.], 1980), 66

[6] Prudencio Arnold, Un soldado argentino. (Buenos Aires: EUDEBA, 1970), 33-35

[7] Pedro Sarciat. El pago de Chapaleofú. (Buenos Aires: falta editorial, 1945), 36-57

[8]Francisco Latzina. Diccionario geográfico argentino. (Buenos Aires: Espasa, 1891), 678

[9] Vicente Victorino Giura. El Salado. (Buenos Aires: Ediciones Cassese, 1963), 15

[10] Alfredo Enrique Múlgura. Apuntes para la historia de General Belgrano (General Belgrano: El Fogón, 1978), 173.

[11] Prudencio Arnold, Un soldado argentino. (Buenos Aires: EUDEBA, 1970. Pág.33-35)

[12] Pedro Sarciat. El pago de Chapaleofú. (Buenos Aires: falta editorial, 1945), 36-57

[13] Carlos Grau. El fuerte 25 de Mayo en Cruz de Guerra (La Plata. 1949), 97

[14][14] Prudencio Arnold, Un soldado argentino. (Buenos Aires: EUDEBA,1970), 33-35