Hoy, miércoles 25 de enero, se cumplen 28 años del fallecimiento del escritor Miguel Angel Briante Iza. Para homenajearlo y revalorizar su obra literaria tan significativa para el pueblo belgranense, en conjunto con FM. POWER organizó un encuentro de radio abierta, en la casa de sus tías: Pirucha y Olinda.
Con presencia de familiares y público en general, en la casa ubicada en Burgueño 850, nos acercamos a conocer este espacio, donde el reconocido escritor esbozó sus primeras obras. La presentación estuvo a cargo del propietario de FM. POWER Víctor de los Santos y Clara Rodríguez, integrante coordinadora del Taller de Historia Belgranense. Hubo lecturas a cargo de las poetas belgranenses María Laura Flores y Lara Almada y recuerdos y anécdotas sobre el General Belgrano de antaño, el río, las calles y sus habitantes, como Kincón o Eulogia Sierra, protagonistas de sus cuentos, en la palabra de Ricardo Buiraz, historiador local. Como cierre, María Cristina Briante celebró la iniciativa y compartió dos poemas dedicados a su hermano Miguel.
El 25 de enero del año 1995, en su casa de General Belgrano, a raíz de un accidente doméstico nos dejaba físicamente Miguel Angel Briante Iza. Hijo de Vicente y Catalina, a sus nueve años, emigró a Capital Federal, pero nunca dejó de volver a reencontrarse con su pueblo natal y transformar sus calles, lugares y personajes en protagonistas de sus obras.
Con apenas diecisiete años, gana la segunda edición del Concurso de Cuentistas Americanos organizado por la revista El Escarabajo de Oro con el relato Kincón, el cual reescribiría como novela años después.
En 1964 publicó su primer libro de cuentos, «Las hamacas voladoras», y cuatro años después «Hombre en la orilla», convirtiéndolo en la más nueva joven promesa de la literatura argentina de la época, con apenas veinticuatro años.
Poco después, comenzó a desempeñarse como periodista. Entre 1967 y 1975 colaboró en los diarios y revistas Confirmado, Primera Plana, Panorama, La Opinión y Crisis. También fue director del Centro Cultural Recoleta entre 1990 y 1993.
Decía Briante:
«Los ejes del hecho cultural son tres: la libertad, el compromiso y la acción. La cultura no debe estar asociada al arte decorativo, sino al gesto creativo, a la libertad, a la difusión, al estímulo, a la actualización de los programas educativos.»