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Carlos Gardel en General Belgrano.

«Un zorzal en la estación»

No iba a ser 1916 un año más para los argentinos.

 Se conmemoraba ese año el centenario de la Declaración de la Independencia, aquella  del 9 de julio de 1816, en Tucumán.

También habría elecciones presidenciales y fundamentalmente con nuevas reglas de juego para terminar con el fraude, la legalidad y el cohecho.

 Efectivamente las elecciones a realizarse el 2 de abril, se regirían por primera vez por la ley número 8871, que imponía el voto secreto y obligatorio, la representación de las minorías y un nuevo empadronamiento.

 Desde entonces la ley se conoce como «ley Sáenz Peña», porque fue su autor el entonces Presidente de los argentinos Dr. Roque Sáenz Peña, que lamentablemente no llegó a ver su aplicación, pues falleció en 1914, asumiendo la primera magistratura su vicepresidente, el Doctor Victorino de la Plaza.

.Este conduciría el proceso electoral, que llevaría al gobierno, en octubre de 1916, al candidato de la Unión Cívica Radical Don Hipólito Irigoyen.

 En los primeros meses de 1916, los partidos políticos se aprestaban para la contienda electoral y preparaban sus campañas proselitistas.

 En General Belgrano los hombres fuertes, que habían participado en los primeros actos fundacionales del pueblo, se agrupaban en el Partido Conservador, como por ejemplo  Juan E. de la Fuente, el Dr. José María Maggi o Ernesto Aguirre, el propietario de la estancia Santa Narcisa.

 Precisamente el Partido Conservador había adoptado una novedosa forma de publicidad política. Sus candidatos fletaban  un tren especial y en cada estación, descendían, realizaban marchas con banderas y pancartas hasta las plazas de los pueblos.

 Allí los candidatos hacían conocer sus propuestas electorales, para luego regresar a la estación donde antes de partir hacia otro pueblo, actuaban números artísticos.

Por ejemplo en el diario «El Imparcial» del domingo 26 de marzo de 1916, se anuncia en su tapa que el Partido Conservador de General Belgrano invita a concurrir a la estación, el lunes 27 del corriente a las 2 pm., a recibir a los delegados del Comité Central del Partido Conservador que llegarán en un tren especial en gira de propaganda política.

 En el número siguiente del domingo 2 de abril de 1916, precisamente el día de las elecciones presidenciales, «El Imparcial», relata lo acontecido el lunes 27, con la llegada del tren especial, el traslado a la Plaza Belgrano de la comitiva entre vivas y bombas de estruendo, detalla los oradores que hicieron uso de la palabra y parte de sus discursos.

 Luego la comitiva regresa a la estación, en medio de ovaciones al Partido Conservador y todo culmina con la actuación de dos excelentes payadores, que acompañaban a los candidatos en la gira, «siendo escuchados con verdadero placer por la concurrencia», dice textualmente el diario.

 A las 4 pm. el tren se puso en marcha rumbo a Las Flores.

 Hasta aquí parece simplemente la crónica de un acto político más, pero lo realmente sustancioso es que Miguel Angel Morena, uno de los biógrafos más calificados de Gardel, en su » Historia Artística de Carlos Gardel» relata que durante el año 1916, precisamente formando parte de una gira proselitista del Partido Conservador, el lunes 27 de marzo sale un tren especial de San Vicente (actual Alejandro Korn), recorriendo las estaciones de Brandsen, Jeppener, Alegre, Ranchos, General Belgrano y Las Flores.

 En cada pueblo se realizan actos políticos y la posterior actuación del dúo Gardel – Razzano.

 Concluyendo, los dos payadores que describe el cronista de «El Imparcial», no son otros que el oriental José Razzano y el » Morocho del Abasto» Carlos Gardel, actuando en el andén de nuestra estación.       

                                 

 Podría uno preguntarse ¿como ante tan importante presencia el cronista de » El Imparcial» no los nombra o identifica ?.

Sucede que el dúo Gardel – Razzano grabó por primera vez o hicieron como se decía entonces » su primer registro discográfico» en el año 1917, es decir hasta entonces no se escuchaban sus temas por la radio y eran por lo tanto dos ilustres desconocidos para nuestros vecinos y para todo el interior del país.

 El acercamiento de Gardel al Partido Conservador se da a través de padrinos políticos, su pasión por el turf y su acercamiento con Alberto Barceló, el mítico caudillo conservador de Avellaneda y su no menos famoso lugarteniente Juan Ruggiero, «Ruggierito».

                                                   Los biógrafos más rigurosos de Carlos Gardel lo dan como nacido en Toulouse, Francia, viene a nuestro país a los tres años de edad y por lo tanto es considerado desertor del ejército francés, en plena guerra europea.

 Falta grave que motivaría su segura detención cuando pisara tierra francesa en sus programadas giras artísticas.

 Por lo tanto sus poderosos padrinos políticos le hicieron documentación apócrifa argentina, por lo que Gardel agradecido, devuelve estos favores actuando en sus campañas políticas.

 A 87 años de la muerte del Zorzal Criollo , recordamos la visita del famoso dúo a nuestra ciudad, como un homenaje a los muchos “gardelianos” belgranenses.