Es una celebración tradicional hispanoamericana dedicada a honrar a los ancestros difuntos.
Aunque las fechas varían un poco según las tradiciones de cada país, generalmente se lleva a cabo a finales de octubre y principios de noviembre.
La tradición mexicana cuenta que en el Día de los Muertos las ánimas vuelven a sus casas para convivir con sus seres queridos, que les preparan las más hermosas y coloridas ofrendas con fotos, flores, alimentos y demás. También se visitan los cementerios, adornando tumbas y nichos.
Hoy compartimos algunos datos y documentos sobre nuestro Cementerio Municipal
«El 22 de enero de 1887 el Juzgado de Paz de El Salado resuelve señalar la 1er manzana de la chacra nº 7 para la formación del Cementerio de esta localidad. Este sitio estaba ubicado en el actual Campo de Pato de Barrancas del Salado. Las tierras habían sido donadas por el señor José A. Carabassa, propietario de grandes extensiones en nuestra localidad.
Desde el Poder Ejecutivo local, comunican al agrimensor Don Mariano Iparaguirre (el mismo que trazara el pueblo), que proceda a delimitar la ubicación del mismo.
En enero de 1896, José de Carabassa procede a donar las tierras para el actual Cementerio, para dar fin al anterior por “las condiciones de la higiene y la práctica aconsejan”, realizándose las tareas de inhumación necesarias en el antiguo enterratorio público. En una especie de “permuta”, el Municipio le devuelve las tierras que con anterioridad había donado para el Cementerio “viejo”, y le acepta nuevamente la donación de este otro sector, para edificar el actual Cementerio.»*